ABC

10 julio, 2017

Eurocámara y absentismo

El pasado miércoles se celebró la fiesta de verano del grupo Alde. Como es habitual, hubo un pequeño «speech» introductorio por parte de su presidente, el belga Guy Verhofstad. Corren muchos chistes y rumores sobre los belgas y su sentido del humor. El de nuestro presidente es agudo y mordaz, y bastantes veces arriesgado. Cuando se le oye hablar en el Parlamento, parece latino en el sentido que se le da a ser latino: gesticulante, asertivo y con un tono de voz bien audible. Este día, además, se sentía motivado. Jean Claude Juncker había dicho públicamente que el Parlamento era «ridículo» porque había pocos diputados cuando intervenía en el debate sobre el trabajo del semestre de presidencia de Malta, con la presencia de su primer ministro. Así que estuvo especialmente sembrado ironizando con la queja de Juncker por su falta de público recordando las recientes y muy concurridas ceremonias de dos figuras muy significativas recientemente fallecidas. Bromas aparte, había un malestar generalizado por el exabrupto del presidente de la Comisión. Lo que interpretó la prensa fue que los diputados son absentistas y su prueba el que no hubiera más que 27 en esa sesión plenaria. Pero, independientemente de que haya muchos aspectos a mejorar en las instituciones y que el rendimiento de algunos diputados no sea el debido, la realidad era bien otra. Los diputados no están siempre en el pleno. Como también añadió Verhofstad dando datos, había aquel día en curso más de 70 reuniones «oficiales», por no hablar de un sinnúmero de reuniones más informales y no por ello menos importantes. Jean Claude Juncker fue realmente insensato echando leña al fuego antieuropeo. No cabe duda de que todos (yo la primera) hubiéramos debido estar más atentos a la despedida de un pequeño país y a la alocución de su primer ministro. Pero estábamos allí y trabajando.

Publicado el 10 de julio de 2017