ABC

17 abril, 2017

El Brexit y la larga paz europea

Los países integrados en la Unión Europea llevan siete décadas sin experimentar ningún gran conflicto entre sí. Esta «larga paz» es una consecuencia de la pax americana tras la segunda guerra mundial, desde luego, pero también de la constitución progresiva de nuestra Unión, cuyos tratados reconocen explícitamente «la importancia histórica de que la división del continente europeo haya llegado a su fin».

Esta tendencia de paz entre europeos parece andar por un camino firme, pero puede que no esté tan exenta de accidentes como pensábamos. Apenas han tenido que transcurrir unos pocos días desde que la primera ministra Theresa May notificara por carta a la Unión su deseo de iniciar el proceso de retirada del Reino Unido, para que la palabra «guerra» vuelva a sonar en el escenario europeo.

Concretamente Michael Howard, un distinguido jubilado que fue líder del Partido Conservador, equiparó hace pocos días los roces con España a cuenta del Peñón de Gibraltar nada menos que con la guerra de las Malvinas. El conflicto entre países, indisolublemente unido a la activación del Brexit, está alcanzando la escala de la diplomacia y la política europea después de que diputados británicos intentaran presentar una mención explícita a Gibraltar en la resolución del Parlamento Europeo sobre el Brexit. La propuesta británica, que será rechazada, cuenta sin embargo con la firma o el apoyo de los amigos habituales de la desunión, los eurodiputados separatistas Ramón Tremosa, Josep Maria Terricabras y Jordi Solé, y también de los nacionalistas vascos.

Aún es prematuro anticipar si esta polémica, de gusto tan añejo y a cuenta de una de las últimas colonias del mundo civilizado, conseguirá traspasar los límites de la bravuconería, el fino periodismo o el oportunismo político para traducirse en iniciativas más desafiantes de cara a nuestra larga paz europea.

Publicado en ABC el 17 de abril de 2017