Género y salud mental: ¿importan los hombres?

Un nuevo informe sobre la igualdad de género y la salud mental ignora completamente a los hombres. ¿Por qué?

La Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo ha elaborado recientemente un informe titulado «Promoviendo la igualdad de género en la salud mental y la investigación clínica». Este informe fue adoptado por el Parlamento en el Pleno de febrero de 2017.

Este informe debe ser bienvenido, aunque sólo contenga recomendaciones y no obligaciones. Los activistas de la salud mental pueden utilizar estos informes como una herramienta para abogar por un cambio positivo en el terreno, especialmente cuando hay deficiencias en la comprensión y la provisión de servicios.

Desafortunadamente, el informe se queda corto en numerosos frentes.

Ignorando a los hombres

En primer lugar, la expresión «igualdad de género» se compara implícitamente con la salud de la mujer en todo el informe. Sólo dos párrafos de 163 se dedican a la salud mental de los hombres. Del mismo modo, un recuento de palabras revela que las palabras «mujeres» y «niñas» se mencionan 217 veces, mientras que «hombres» y «niños» sólo se mencionan 45 veces.

Los hombres tienen tasas significativamente más altas de suicidio , trastorno por uso de sustancias y trastorno por déficit de atención e hiperactividad. De hecho, los hombres representan más del 75% de los suicidios en Europa, con más de 43.000 hombres europeos suicidándose cada año. Los hombres también son significativamente menos propensos a utilizar los servicios de salud mental en comparación con las mujeres, con sólo alrededor del 30% de los usuarios del servicio siendo hombres.

Estas desigualdades en materia de salud mental apenas se discuten en el informe del Parlamento Europeo. Como suele ocurrir en estos informes, el título es mendaz y no refleja el contenido del informe.

Afianzando la desigualdad

En segundo lugar, el informe pretende promover la igualdad de género, pero las recomendaciones parecen alentar en realidad políticas que consoliden la desigualdad. Por ejemplo, el documento exige que «todas las mujeres y niñas tengan acceso a revisiones» (p.17). Y se pide a los Estados miembros que garanticen «el libre acceso a los servicios de salud para las mujeres desempleadas» (p.18).

No se hacen llamadas similares para hombres desempleados, ni para el acceso a revisiones para hombres. Del mismo modo, el documento pide un «acceso gratuito a los servicios de salud mental, incluidos los refugios para mujeres» (p.10) para las mujeres. Una vez más, no hay una mención concomitante de los refugios para hombres, a pesar de que los hombres representan más del 75% de los sin techo, y experimentan tasas similares de violencia de pareja como las mujeres.

En resumen, el informe pide consistentemente que un género (mujeres) reciba privilegios especiales que no se otorgan al otro género (hombres). Esto no es consistente con el concepto de «igualdad».

¿Dónde está la Evidencia?

En tercer lugar, el informe parece estar impulsado por la ideología más que por la evidencia. Las elevadas tasas de suicidio en los hombres se atribuyen a factores no probados como la «masculinidad que puede fomentar la supresión de las emociones o recurrir a la ira» (p.6). Más extrañamente, la enfermedad mental de las mujeres es atribuida a los esposos, y el informe declara que «los hombres no se dedican suficientemente a las tareas domésticas y educan a sus hijas e hijos, haciendo que muchas mujeres sufran depresión , ansiedad y estrés». ).

En contraste, la discusión de los factores de riesgo probados para el suicidio o la depresión tales como experiencia adversa de la niñez, la tensión financiera, el aislamiento social, el divorcio o el luto están ausentes. Del mismo modo, no hay reconocimiento de que estos puedan ser experimentados diferencialmente por hombres y mujeres.

El documento también ignora las subpoblaciones masculinas vulnerables, a pesar de las pruebas que sugieren una seria marginación. Por ejemplo, pide a los Estados miembros que «tengan en cuenta las necesidades específicas de las lesbianas y las personas bisexuales y transexuales «. Pero no hay mención de hombres gays, que tienen algunas de las tasas más altas de suicidio y auto-daño en Europa.

Avanzando la discusión

Todo esto es particularmente preocupante dado que muchas evidencias sociológicas indican una crisis actual en el bienestar de hombres y niños. Por ejemplo, los varones tienen tasas significativamente más altas de deserción escolar, desempleo, encarcelamiento, falta de lanzamiento y mortalidad temprana, todo lo cual afecta negativamente su salud mental.

Muchos de estos problemas se discutieron durante un exitoso evento del Parlamento Europeo en marzo destinado a iluminar a los desinformados. La anfitriona fue la diputada española Teresa Giménez Barbat titulada «Mujeres fuertes, Hombres frágiles», donde los oradores invitados presentaron estadísticas impactantes sobre las desigualdades experimentadas por hombres y niños.

Lamentablemente, el informe del Parlamento Europeo sobre la «igualdad de género» no reconoce estos problemas, y mucho menos sugiere formas de abordarlos. Esta es una oportunidad perdida.

Ojalá los informes futuros sobre género y salud mental reconozcan que la palabra «género» no equivale automáticamente a «mujeres». Los hombres también tienen problemas de género que pueden afectar la salud mental, y estos deben ser reconocidos y tratados también.

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