ABC

3 febrero, 2017

Los fusilados de Fidel

Cuba sigue siendo una dictadura. Cuando murió Fidel Castro, durante 9 días no hubo ni cines, ni espectáculos artísticos, ni venta de bebidas alcohólicas, y a los jóvenes se les quitaban los auriculares si escuchaban música por la calle.

Los cubanos bautizaron estos días de luto como El Ramadán. Todavía se encarcela por motivos políticos y a la pequeña clase media que querría asomar y no se la deja. Los que tienen restaurantes o algún negocio privado han de soportar inspectores que chantajean, amenazan y exigen requerimientos absurdos que al final se resuelven con dinero. Los ciudadanos corrientes viven con miedo, aunque no la élite política que va colocando a sus hijos y nietos en posiciones donde puedan medrar.

Y hay que recordarlo porque da la impresión que el gobierno cubano ha lavado su cara y obtenido el beneplácito de la comunidad internacional cuando ni siquiera reconoce la opresión presente y los crímenes del pasado.

Mi amigo el escritor y pintor cubano Juan Abreu, presenta en el Parlamento de Bruselas ‘1959’, un proyecto en el que plasma el rostro de los hombres fusilados durante el régimen de Fidel Castro y que quiere ser un tributo a las víctimas.

“Rostros que el régimen de Castro intentó borrar y estigmatizar presentándolos como bandidos y asesinos cuando en realidad no eran nada más que hombres y mujeres que no compartían el proyecto totalitario de los hermanos Castro”, explica Abreu, poniendo al descubierto la larga trayectoria que debe recorrer la isla en la mejora de los derechos humanos.

Publicado en ABC el 3 de febrero de 2017