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Nací en Barcelona el 4 de junio de 1955. Soy licenciada por la Universidad de Barcelona en Antropología, especialidad que, en los ochenta, se cursaba en Historia del Arte, de ahí que mi licenciatura oficial corresponda a esta rama del saber, por la que, en cualquier caso, siempre he tenido interés. Por lo demás, en la Universidad Autónoma de Barcelona completé un máster de gestión pública y ONG. He trabajado como directora de RRHH, si bien el empeño laboral del que me siento más satisfecha (y por qué no decirlo, más orgullosa) es la escritura. Fruto de esa vocación son la novela Polvo de estrellas y los ensayos Diari d’una escèptica y Citileaks: los españolistas de la plaza Real.

Desde el 25 de noviembre de 2015, soy eurodiputada. En el Parlamento Europeo estoy integrada en el Grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ALDE), formo parte de la Comisión de Cultura y Educación y vicepresido la Delegación para las Relaciones con los Países del Magreb.

En el plano filosófico y moral, he dedicado buena parte de mi vida a reflexionar sobre el humanismo secular, corriente de pensamiento que toma como premisa la existencia de unos principios y valores universales y compartidos, y que aplica ésta y otras convicciones a la resolución de conflictos sociales. La defensa de todo aquello que nos une me ha llevado a combatir todos los nacionalismos en general y el catalán en particular, que es el que sufro de manera cotidiana.

Mis otros centros de atención son la verdad y la ciencia, y más precisamente el fomento de políticas basadas en la evidencia científica, es decir, que tengan en cuenta, antes que los corsés ideológicos, el conocimiento de que dispongamos. Es obvio que la ciencia, por sí misma, no puede guiar a una sociedad; tan obvio como que la ideología, sin el sostén de los datos, de los hechos verificados, conduce a diagnósticos erróneos, que casi siempre se traducen en medidas equivocadas.

Durante toda mi vida he estado vinculada a asociaciones que defienden estas ideas.
El convencimiento de que la política procura las suficientes herramientas como para construir una sociedad basada en la convivencia y el progreso me llevó a participar activamente en la fundación del partido Ciudadanos, en 2005. Fue mi primera incursión en política, actividad a la que me he dedicado casi íntegramente desde entonces. El de europarlamentaria, no obstante, es el primer cargo público que ejerzo, y mi propósito es hacerlo de manera tan honesta como apasionada.