El uribista Iván Duque, el más crítico de los candidatos con los acuerdos entre el Gobierno de Santos y las FARC, vence en la primera vuelta de las elecciones en Colombia con el 39% de los votos. Duque capitaliza, así, la desautorización al santismo que supuso el plebiscito sobre los Acuerdos de La Habana. Por su parte, el ex vicepresidente, Germán Vargas Lleras, señalado por Santos como el candidato «más preparado», apenas obtiene el 7% de los votos. La Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, heredera política de la guerrilla, había renunciado en marzo a participar en los comicios, tras quedarse en 53.000 votos (el 0,34%) en las legislativas (pese a ello, y en virtud de los acuerdos, la FARC tiene asegurados 5 escaños en la Cámara baja y 5 en la Cámara alta). En la segunda vuelta, que se celebrará el 17 de junio, Duque se disputará la presidencia con el populista de izquierdas y ex guerrillero del M19 Gustavo Petro, quien, pese a haber rechazado la reelección de Maduro, maneja un recetario similar. Sólo una alianza entre Duque y Sergio Fajardo, al que han apoyado 4,5 de colombianos y cuyo programa pivota en torno a la lucha contra la corrupción y el fomento de la educación, lograría consolidar en Colombia un proyecto liberal y cerrarle el paso al populismo. Así sea.